Síndrome de dificultad respiratoria aguda en los niños
Acute Respiratory Distress Syndrome, Pediatric
El síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) es una afección potencialmente mortal. Los pulmones se inflaman y los vasos sanguíneos pierden líquido, que entra en los sacos de aire (alvéolos). Esto impide que los pulmones funcionen bien. También dificulta el ingreso de oxígeno en la sangre. Esto puede dañar otros órganos vitales, como el corazón, los riñones, el hígado y el cerebro. El niño necesitará cuidados intensivos en un hospital.
¿Cuáles son las causas?
Por lo general, la afección aparece como respuesta a una enfermedad grave, una cirugía, una lesión o una infección generalizada (sepsis).
Las causas pueden ser las siguientes:
Una infección en la sangre o los pulmones.
Una lesión grave en el pecho.
Una lesión grave que causa presión arterial baja.
Una cirugía mayor.
La inhalación de humo, agua o sustancias químicas nocivas.
Transfusiones de sangre.
La inhalación de vómito (aspiración).
Inflamación del páncreas (pancreatitis).
¿Cuáles son los signos o síntomas?
Los síntomas principales de esta afección son falta repentina de aire y respiración superficial y acelerada. Otros síntomas pueden incluir:
Frecuencia cardíaca rápida o irregular.
Estertores en los pulmones.
Piel, labios o yemas de los dedos de color azulado (cianosis).
Emisión de sonidos como gruñidos o ensanchamiento de las fosas nasales al respirar.
Cansancio o pérdida de la energía.
Dolor de pecho, especialmente al respirar.
Toser.
Ansiedad o inquietud.
Fiebre. Por lo general, esto está presente si hay una infección subyacente, como neumonía.
¿Cómo se diagnostica?
Esta afección se diagnostica en función de lo siguiente:
También pueden hacerle otros estudios, como los siguientes:
Una prueba que mide el porcentaje de oxígeno en la sangre del niño (oximetría de pulso). Esto se hace con un sensor que se coloca en un dedo de la mano, un dedo del pie o el lóbulo de la oreja del niño.
Análisis de sangre.
Radiografías de pecho o exploraciones por tomografía computarizada (TC) para detectar si hay líquido en los pulmones.
También pueden hacerle otros estudios al niño para descartar otras afecciones; por ejemplo:
Toma de una muestra de esputo del niño para determinar si hay infección.
Estudios del corazón, como un electrocardiograma o un ecocardiograma. Estos estudios evalúan el funcionamiento del corazón y la circulación sanguínea en el corazón.
Toma de una muestra de orina del niño para analizarla en busca de infección o problemas renales.
Broncoscopia. En este estudio, se introduce un tubo delgado y flexible por la boca o la nariz, que atraviesa la tráquea y llega a los pulmones.
¿Cómo se trata?
El objetivo del tratamiento es dar asistencia al niño mientras los pulmones se curan y se trata la causa subyacente. El tratamiento puede incluir:
Oxigenoterapia.
Ventilación no invasiva. Es posible que se use un dispositivo, tal como una máquina de presión positiva continua de las vías aéreas (continuous positive airway pressure, CPAP) o de bipresión positiva en las vías aéreas (bi-level positive airway pressure, BIPAP), para ayudar al niño a respirar. Este dispositivo le administra al niño oxígeno y presión a través de una máscara o un casco.
Colocar al niño para que se recueste boca abajo (decúbito prono).
- Es posible que se utilice una máquina para respirar (respirador) para ayudar al niño a respirar. Este dispositivo administra oxígeno y presión a través de un tubo que se pone en la boca del niño y llega hasta la tráquea.
Administración de líquidos y medicamentos a través de una vía intravenosa.
- Se pueden administrar medicamentos para:
Ayudar a que el niño se relaje (sedantes).
Tratar la presión arterial.
Tratar una infección.
Prevenir la formación de coágulos de sangre (anticoagulantes).
Ayudar a eliminar el exceso de líquido (diuréticos).
En casos graves, se puede usar soporte vital extracorpóreo (extracorporeal life support, ECLS). Este tratamiento asume la función del corazón y los pulmones, de forma temporaria, para suministrar oxígeno y eliminar el dióxido de carbono. Con el ECLS, los pulmones tienen la posibilidad de descansar y recuperarse.
Siga estas instrucciones en su casa:
Medicamentos
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Administre al niño los medicamentos de venta libre y los recetados solamente como se lo haya indicado su pediatra.
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No le dé aspirina al niño por el riesgo de que contraiga el síndrome de Reye.
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Si le recetaron un antibiótico al niño, adminístreselo como se lo haya indicado el médico. No deje de darle el antibiótico al niño, aunque comience a sentirse mejor.
- Si el niño está tomando anticoagulantes:
Hable con el pediatra del niño antes de darle cualquier medicamento que contenga aspirina o antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como ibuprofeno. Estos medicamentos aumentan el riesgo de tener hemorragias peligrosas.
Dele al niño los medicamentos exactamente como se lo indicaron, todos los días a la misma hora.
Ayude al niño a evitar las actividades que podrían causarle lesiones o moretones. Siga las instrucciones acerca de cómo evitar las caídas.
Haga que el niño use un brazalete de alerta médica o lleve una tarjeta con una lista de los medicamentos que toma.
Estilo de vida
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No permita que el niño consuma ningún producto que contenga nicotina o tabaco, como cigarrillos, cigarrillos electrónicos y tabaco de mascar. No permita que el niño esté cerca de personas que fuman (humo ambiental del tabaco). Si usted o el niño necesita ayuda para dejar de fumar, consulte al médico.
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Haga que el niño descanse y reanude sus actividades normales como se lo haya indicado el pediatra. Consulte al pediatra qué actividades son seguras para el niño.
- Es posible que el niño tarde un tiempo en regresar a sus actividades normales y su rutina.
El niño puede necesitar ayuda para realizar las actividades normales.
Es posible que también necesite fisioterapia. Esto puede ayudar con la debilidad muscular y la falta de aire.
El niño puede sentirse deprimido o ansioso, o tener problemas de memoria y concentración. Consulte al médico qué puede hacer usted para que el niño se sienta mejor.
Instrucciones generales
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Haga que el niño use las medias de compresión como se lo haya indicado el pediatra. Estas medias ayudan a evitar la formación de coágulos de sangre y a reducir la hinchazón de las piernas.
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Concurra a todas las visitas de seguimiento como se lo haya indicado el pediatra. Esto es importante.
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American Lung Association (Asociación Estadounidense del Pulmón):
www.lung.org
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ARDS Foundation (Fundación del síndrome de dificultad respiratoria aguda):
ardsglobal.org
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Comuníquese con un médico si:
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Al niño le falta el aire al hacer una actividad o al estar en reposo.
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El niño presenta tos que no desaparece.
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El niño tiene fiebre.
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Los síntomas del niño no mejoran o empeoran.
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El niño está ansioso o deprimido.
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El niño es menor de 3 meses y tiene fiebre de 100.4 °F (38 °C) o más.
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El niño tiene problemas para respirar.
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El niño siente un dolor en el pecho repentino que no desaparece.
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El niño tiene una frecuencia cardíaca rápida.
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El niño presenta dolor o hinchazón en una de las piernas.
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El niño escupe sangre al toser.
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El niño tiene problemas para respirar.
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Los labios, las uñas o la piel del niño se tornan azules.
Estos síntomas pueden representar un problema grave que constituye una emergencia. No espere a ver si los síntomas desaparecen. Solicite atención médica de inmediato. Comuníquese con el servicio de emergencias de su localidad (911 en los Estados Unidos).
Resumen
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El síndrome de dificultad respiratoria aguda es una afección potencialmente mortal en la que se acumula líquido en los pulmones. También puede hacer que los pulmones y otros órganos vitales funcionen mal.
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Por lo general, la afección aparece después de una enfermedad grave, una cirugía, una lesión o una infección generalizada (sepsis).
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Si le recetaron un antibiótico al niño, adminístreselo como se lo haya indicado el médico. No deje de darle el antibiótico al niño, aunque comience a sentirse mejor.
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No permita que el niño esté cerca de personas que fuman (humo ambiental del tabaco).
Esta información no tiene como fin reemplazar el consejo del médico. Asegúrese de hacerle al médico cualquier pregunta que tenga.