Bronquitis crónica en los niños

La bronquitis crónica es la inflamación dentro las vías respiratorias principales (bronquios) que salen de la tráquea en los pulmones. La hinchazón hace que las vías respiratorias se angosten y produzcan más mucosidad de lo normal. Esto puede dificultar la respiración y provocar tos o respiración ruidosa (sibilancia). La bronquitis crónica en los niños es una afección de más largo plazo (crónica). Por lo general, se asocia con otras afecciones respiratorias crónicas, como el asma o la fibrosis quística.

Los niños que contraen resfríos frecuentes y otras infecciones en la nariz, la garganta o las vías respiratorias pueden sufrir lesiones o inflamación a largo plazo en las vías respiratorias. Esto los hace más propensos a contraer infecciones pulmonares de larga duración, como la bronquitis crónica.

¿Cuáles son las causas?

• Infecciones pulmonares frecuentes.
• Alergias.
• Estar cerca de cigarrillos u otro tipo de humo de tabaco.
• Inhalar (aspirar) alimentos, líquidos, secreciones o incluso juguetes.
• Tener problemas en el cartílago de la tráquea.
• Una traqueostomía. Esta consiste en un tubo que se coloca en la tráquea para respirar.

¿Cuáles son los signos o síntomas?

• Tos que provoca mucosidad (tos productiva).
• Sibilancias o sonidos crepitantes al respirar.
• Falta de aire.
• Opresión o dolor en el pecho.
• Fiebre o escalofríos.
• Resfrío o infecciones respiratorias que desaparecen y regresan.

¿Cómo se diagnostica?

El pediatra puede diagnosticar esta afección en función de los signos y los síntomas del niño, especialmente si tiene una tos que dura mucho tiempo o que regresa.

• Los síntomas y antecedentes médicos del niño.
• Un examen físico, que incluye escuchar los pulmones del niño.
• Pruebas, como, por ejemplo:
  • Analizar una muestra de mucosidad.
  • Análisis de sangre.
  • Radiografía de tórax.
  • Estudios respiratorios (pruebas de la función pulmonar).
  • Una broncoscopía. En este estudio, se utiliza un endoscopio delgado y flexible para observar los pulmones.

¿Cómo se trata?

• Hacer que el niño beba más líquido. Esto puede ayudar a diluir la mucosidad del niño de modo que sea más fácil expectorarla.
• Técnicas para despejar la mucosidad. El pediatra le mostrará cuáles técnicas son las mejores para el niño.
• Medicamentos tales como los siguientes:
  • Un medicamento inhalado (inhalador) para mejorar el flujo de aire que entra y sale de los pulmones del niño.
  • Antibióticos para las infecciones bacterianas.
  • Medicamentos que diluyen la mucosidad.
  • Medicamentos para la alergia.

Siga estas indicaciones en su casa:

Medicamentos

• Adminístrele los medicamentos de venta libre y los recetados al niño solamente como se lo haya indicado el pediatra.
• Si le recetaron un antibiótico al niño, adminístreselo como se lo haya indicado el pediatra. No deje de darle el antibiótico al niño aunque comience a sentirse mejor.

Prevención de infecciones

• Haga que el niño reciba las vacunas que le haya indicado el pediatra. Asegúrese de que el niño reciba la vacuna contra la gripe todos los años.
• Haga que el niño se lave las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Haga que el niño use desinfectante para manos si no dispone de agua y jabón.
• Evite que el niño esté cerca de personas que tienen síntomas de resfrío o gripe.
• Mantenga el ambiente del niño libre de alérgenos conocidos, como polvo, moho, mascotas y polen.

Indicaciones generales

• Asegúrese de que el niño descanse lo suficiente en su casa.
• Asegúrese de que el niño beba la suficiente cantidad de líquido como para mantener la orina de color amarillo pálido.
• Haga que el niño reanude sus actividades normales como se lo haya indicado el pediatra. Consulte al pediatra qué actividades son seguras para el niño.
• No permita que el niño consuma ningún producto que contenga nicotina o tabaco. Estos productos incluyen cigarrillos, tabaco para mascar y aparatos de vapeo, como los cigarrillos electrónicos.
• No fume cerca del niño. Si usted o el niño necesita ayuda para dejar de consumir estos productos, consulte al médico.
• Concurra a todas las visitas de seguimiento. Esto es importante.

Comuníquese con un médico si:

• El niño tiene fiebre o siente dolores musculares o dolor en el tórax.
• El niño hace ruido al respirar.
• El niño tiene una tos que no mejora.
• La mucosidad del niño se vuelve más espesa o cambia de color.
• El niño escupe sangre al toser.
• El niño come y bebe menos o pierde peso.

Solicite ayuda de inmediato si:

• El niño tiene problemas para respirar.
• La piel, los labios o las yemas de los dedos del niño están azulados.
• El niño está somnoliento o muy cansado (letárgico).

Estos síntomas pueden representar un problema grave que constituye una emergencia. No espere a ver si los síntomas desaparecen. Solicite atención médica de inmediato. Comuníquese con el servicio de emergencias de su localidad (911 en los Estados Unidos).

Resumen

• La bronquitis crónica es la inflamación dentro las vías respiratorias principales (bronquios) que salen de la tráquea en los pulmones. La hinchazón hace que las vías respiratorias se angosten y produzcan más mucosidad de lo normal.
• El síntoma principal de esta afección es una tos húmeda que dura 4 semanas o más.
• Si le recetaron un antibiótico al niño, adminístreselo como se lo haya indicado el pediatra. No deje de darle el antibiótico al niño aunque comience a sentirse mejor.
• No fume cerca del niño. Si usted o el niño necesita ayuda para dejar de consumir estos productos, consulte al médico.