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    Managing Anxiety, Teen

    Control de la ansiedad en los adolescentes

    Managing Anxiety, Teen

    Después de haber recibido un diagnóstico de ansiedad, es posible que te sientas aliviado al saber por qué te habías sentido o habías actuado de cierto modo. Es posible que también te sientas abrumado por el tratamiento que tienes por delante y por lo que este significará para tu vida. Con cuidado y apoyo, puedes controlar tu ansiedad.

    Cómo manejar los cambios en el estilo de vida

    Comprender la diferencia entre estrés y ansiedad

    Aunque el estrés puede desempeñar un papel en la ansiedad, no es lo mismo que la ansiedad. El estrés es la reacción del cuerpo ante los cambios y los acontecimientos de la vida, tanto buenos como malos. El estrés a menudo es causado por algo externo, como una fecha límite, una prueba o una competencia. Normalmente desaparece después de que el acontecimiento ha finalizado y dura solo unas horas. Pero el estrés puede ser continuo y conducir a más que solo estrés.

    La ansiedad es causada por algo interno, como imaginar un resultado terrible o preocuparse porque algo irá mal y te disgustará mucho. A menudo, la ansiedad no desaparece incluso después de que el acontecimiento ha finalizado y puede convertirse en una preocupación a largo plazo (crónica).

    Reducir el estrés y la ansiedad

    A teenager meditating outdoors while listening to music.

    Habla con el médico o un consejero para obtener más información sobre cómo reducir la ansiedad y el estrés. Es posible que sugiera técnicas para reducir la tensión, tales como:
    • Música. Pasar tiempo creando o escuchando música que disfrutes y te inspire.
    • Meditación consciente. Practicar el estar consciente de la respiración normal sin intentar controlarla. Puede realizarse mientras estás sentado o caminas.
    • Respiración profunda. Expande el estómago e inhala lentamente por la nariz. Mantén el aire durante unos 3 a 5 segundos. Luego, exhala lentamente mientras dejas que los músculos del estómago se relajen.
    • Diálogo interno. Aprende a observar y reconocer patrones de pensamiento que provocan reacciones de ansiedad. Cambia esos patrones por pensamientos que transmitan tranquilidad.
    • Relajación muscular. Dedica tiempo a tensar los músculos del cuerpo y luego relajarlos.
    • Formación de imágenes visuales. Esto implica imaginar o crear imágenes mentales para ayudar a relajarte.
    • Yoga. A través de las posturas de yoga, puedes disminuir la tensión y relajarte.

    Elige una técnica para reducir la tensión que se adapte a tu estilo de vida y tu personalidad. Las técnicas para reducir la ansiedad y la tensión toman tiempo y práctica. Resérvate de 5 a 15 minutos por día para hacerlas. Algunos terapeutas pueden ofrecer orientación respecto de la ansiedad y capacitación en estas técnicas.

    Medicamentos

    Algunos medicamentos para la ansiedad:
    • Antidepresivos. Por lo general, se recetan para el control diario a largo plazo.
    • Medicamentos para la ansiedad. Estos se pueden agregar en casos graves, especialmente cuando ocurren crisis de angustia.

    Cuando se usan juntos, los medicamentos, la psicoterapia y las técnicas de reducción de la tensión pueden ser el tratamiento más efectivo.

    Las relaciones

    Two teens talking outdoors. One teen is sitting on a skateboard.

    Las relaciones interpersonales pueden ser muy importantes para ayudar a tu recuperación. Pasa más tiempo hablando con un amigo o un familiar de confianza sobre tus pensamientos y sentimientos. Encuentra dos o tres personas que piensas que podrían ayudarte.

    Cómo reconocer cambios en tu ansiedad

    Cada persona responde de manera diferente al tratamiento de la ansiedad. La recuperación de la ansiedad ocurre cuando los síntomas disminuyen y dejan de interferir en la vida diaria en el hogar o el trabajo. Esto podría significar que comenzarás a hacer lo siguiente:
    • Tener mejor concentración y atención.
    • Dormir mejor.
    • Estar menos irritable.
    • Tener más energía.
    • Tener mejor memoria.
    • Dedicar mucho menos tiempo cada día a preocuparte por las cosas que no puedes controlar.

    Trata de reconocer cuándo tu afección empeora. Comunícate con el médico si tus síntomas interfieren en el hogar, la escuela o el trabajo, y sientes que tu afección no está mejorando.

    Sigue estas instrucciones en tu casa:

    Actividad

    • Ejercítate lo suficiente. Busca actividades que disfrutes, como realizar una caminata, bailar o practicar un deporte para divertirte.
      • La mayoría de los adolescentes debe hacer actividad física durante al menos una hora por día.
      • Si no puedes hacer ejercicio durante una hora, sal a caminar.
    • Duerme bien y por el tiempo adecuado. La mayoría de los adolescentes necesita entre 8.5 y 9.5 horas de sueño todas las noches.
    • Busca una actividad que te ayude a calmarte, por ejemplo:
      • Escribir un diario.
      • Dibujar o pintar.
      • Leer un libro.
      • Mirar una película divertida.

    Estilo de vida

    • Pasa tiempo con amigos, especialmente al aire libre.
    • Sigue una dieta saludable que incluya abundantes frutas, verduras, cereales integrales, productos lácteos descremados y proteínas magras.
      • No consumas muchos alimentos ricos en grasas sólidas, azúcares agregados o sal (sodio).
    • Opta por cosas que te simplifiquen la vida.
    • No consumas ningún producto que contenga nicotina o tabaco. Estos productos incluyen cigarrillos, tabaco para mascar y aparatos de vapeo, como los cigarrillos electrónicos. Si necesitas ayuda para dejar de fumar, consulta al médico.
    • Evita el consumo de cafeína, alcohol y ciertos medicamentos contra el resfrío de venta sin receta. Estos podrían hacerte sentir peor. Pregúntale al farmacéutico qué medicamentos no deberías tomar.

    Instrucciones generales

    • Usa los medicamentos de venta libre y los recetados solamente como te lo haya indicado el médico.
    • Concurre a todas las visitas de seguimiento. Esto es para verificar que estés controlando tu ansiedad u obteniendo más apoyo de ser necesario.

    Dónde obtener apoyo

    Si los métodos para calmarte no dan resultado o si la ansiedad empeora, debes obtener ayuda de un médico especialista en salud mental. Hablar con tu médico o con un consejero no es una señal de debilidad. Ciertos tipos de asesoramiento psicológico pueden ser muy útiles para tratar la ansiedad.

    Habla con tu médico o consejero sobre cuáles alternativas de tratamiento son buenas para ti.

    Dónde obtener más información

    Sumarte a un grupo de apoyo podría resultarle útil para enfrentar la ansiedad. Estas fuentes pueden ayudarte a encontrar consejeros o grupos de apoyo cerca de tu hogar:
    • Mental Health America (Salud Mental de los Estados Unidos): mentalhealthamerica.net
    • Anxiety and Depression Association of America [ADAA] (Asociación de Ansiedad y Depresión de los Estados Unidos): adaa.org
    • National Alliance on Mental Illness (NAMI) (Alianza Nacional Sobre Enfermedades Mentales): nami.org

    Comunícate con un médico si:

    • Te resulta difícil permanecer concentrado o finalizar las tareas diarias.
    • Pasas muchas horas por día sintiéndote preocupado por la vida cotidiana.
    • Estás muy cansado porque no puedes dejar de preocuparte.
    • Comienzas a tener dolores de cabeza o te sientes tenso con frecuencia.
    • Tienes náuseas o diarrea crónicas.

    Solicita ayuda de inmediato si:

    • Sientes que tienes el corazón acelerado.
    • Te falta el aire.
    • Piensa acerca de lastimarte o lastimar a otras personas.

    Busca ayuda de inmediato si alguna vez sientes que puedes hacerte daño o dañar otros, o tienes pensamientos de poner fin a tu vida. Dirígete al centro de urgencias más cercano o:
    • Llama al 911.
    • Llama a National Suicide Prevention Lifeline (Línea Telefónica Nacional para la Prevención del Suicidio) al 1-800-273-8255 o al 988. Está disponible las 24 horas del día.
    • Envía un mensaje de texto a la línea para casos de crisis al 741741.

    Esta información no tiene como fin reemplazar el consejo del médico. Asegúrese de hacerle al médico cualquier pregunta que tenga.

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