Control de las crisis de angustia en los adolescentes
Managing Panic Attacks, Teen
Una crisis de angustia es un episodio de ansiedad repentino e intenso que está acompañado de síntomas físicos como sudoración, temblores y falta de aire. Durante una crisis de angustia, puedes sentir como si tuvieras un infarto o no pudieras respirar. Una crisis de angustia puede durar de 5 a 10 minutos. Estas crisis pueden aparecer repentinamente, sin causa evidente, y luego desaparecer. Es importante saber que puedes aprender maneras de controlar las crisis de angustia.
Si tienes crisis de angustia con frecuencia, es probable que tengas una afección llamada “trastorno de angustia”. Parte de tener trastorno de angustia es sentir miedo constantemente de sufrir otra crisis de angustia. En algunos casos, pueden usarse medicamentos para tratar las crisis de angustia o el trastorno de pánico en los adolescentes.
Cómo reconocer una crisis de angustia
Para recibir el diagnóstico de crisis de angustia, debes tener al menos cuatro de los siguientes síntomas físicos o emocionales, y estos deben comenzar de manera repentina.
Síntomas físicos:
Palpitaciones, dolor o presión en el pecho y falta de aire.
Sensación de ahogo.
Sudoración o enrojecimiento de la cara o el pecho (sofocos).
Temblores o escalofríos.
Náuseas o indigestión.
Mareos.
Adormecimiento y hormigueo.
Síntomas emocionales:
Sentirse confundido o fuera del cuerpo.
Temor a morir o a enloquecer.
Preocupación, nerviosismo y sensación de falta de control.
Miedo a tener otra crisis de angustia.
Cómo controlar una crisis de angustia
Si tienes una crisis de angustia, es importante recordar que las crisis de angustia no duran mucho tiempo y no son peligrosas. Después de una crisis de angustia, habla de tus temores y ansiedad con tus padres u otro adulto de confianza. Con el tiempo y con apoyo, puedes aprender maneras de controlar las crisis de angustia. Las sugerencias para controlar la ansiedad y las crisis de angustia incluyen las siguientes:
Recordar respirar profundo durante una crisis de angustia. No estás en peligro físico.
Hablar con una persona de confianza. A veces, los padres de un amigo, un maestro o un entrenador encontrarán recursos para que obtengas la ayuda que necesitas.
Identificar los problemas para cuya resolución necesites ayuda, como el acoso en la escuela.
Aprender a reconocer las cosas que pueden causar crisis de angustia (desencadenantes). Una vez que conozcas tus desencadenantes, habla sobre ellos y busca nuevas maneras de manejarlos.
Hacerte el tiempo para realizar actividades relajantes, como escuchar música o leer.
Limitar la cantidad de tiempo que pasas en las redes sociales.
Estar físicamente activo. El ejercicio es una buena forma de controlar el estrés y el miedo. Prueba con salir a caminar o participar en un deporte organizado.
Encontrar cosas que te ayuden a relajarte, como el yoga, la respiración profunda y la meditación.
Sigue estas instrucciones en tu casa:
Comida y bebida
Actividad
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Haz tus actividades normales como te lo haya indicado el médico.
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Pídele al médico que te sugiera algunas actividades.
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Prueba realizar actividades que reduzcan el estrés y la ansiedad.
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Haz actividad física todos los días.
Instrucciones generales
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Usa los medicamentos de venta libre y los recetados solamente como te lo haya indicado el médico.
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Duerme lo suficiente y trata de mantener horarios regulares.
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No fumes ni consumas alcohol o drogas para controlar las crisis de angustia.
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Concurre a todas las visitas de seguimiento como te lo haya indicado el médico. Esto es importante.
Dónde buscar apoyo
Un médico especialista en salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, puede ayudarte a aprender habilidades para controlar las crisis de angustia.
Visita estos sitios web para encontrar más información sobre cómo controlar las crisis de angustia:
Child Mind Institute (Instituto de Integración de Niños):
childmind.org
Comunícate con un médico si:
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Sigues teniendo crisis de angustia.
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Tienes signos de ansiedad o un trastorno de angustia.
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Las crisis de angustia interfieren en tu capacidad de desenvolverte en tu hogar, en la escuela o con tus amigos.
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Consumes drogas o alcohol.
Si alguna vez sientes que puedes lastimarte o lastimar a otras personas, o tienes pensamientos de poner fin a tu vida, busca ayuda de inmediato. Dirígete al servicio de urgencias más cercano o:
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Comuníquese con el servicio de emergencias de su localidad (911 en los Estados Unidos).
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Llama a una línea de asistencia al suicida y atención en crisis como National Suicide Prevention Lifeline (Línea Nacional de Prevención del Suicidio) al 1-800-273-8255. Está disponible las 24 horas del día en los EE. UU.
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Envía un mensaje de texto a la línea para casos de crisis al 741741 (en los EE. UU.).
Resumen
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Una crisis de angustia es un episodio de ansiedad repentino e intenso que está acompañado de síntomas físicos como sudoración, temblores y falta de aire.
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Durante una crisis de angustia, es importante recordar que las crisis de angustia no duran mucho tiempo y no son peligrosas.
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Si tienes crisis de angustia con frecuencia, es probable que tengas una afección llamada “trastorno de angustia”.
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Es posible aprender maneras de controlar las crisis de angustia. Tus padres u otro adulto de confianza pueden ayudar.
Esta información no tiene como fin reemplazar el consejo del médico. Asegúrese de hacerle al médico cualquier pregunta que tenga.